Con los perros dominantes o posesivos, es mucho más adecuado el practicar una variante del juego con la pelota, nos referimos a lo que llamamos “lacear” con al menos dos o varias pelotas. En esta práctica el objetivo para el perro no es tenerla en la boca, sino que tras capturarla y una vez que se dirige hacia el dueño, esté le estimula con otra que tiene en la mano para lanzársela en la misma línea a continuación, en la dirección que va corriendo. De esta forma el perro cubre una distancia a la carrera dos veces superior a la empleada en el juego normal, además con la ventaja de que el dueño prácticamente no se mueve del sitio, ya que en realidad se convierte en el eje del juego. Cuando el dueño domina con habilidad este juego y el pero entiende el principio, el animal termina soltando la pelota que trae en la boca cuando corre en dirección a este. La pelota cae mansamente rodando a los pies del dueño que entonces tira la siguiente y asi sucesivamente hasta que se considere el momento oportuno de finalizar.
Redactado por Luis Landeo
Debe estar conectado para enviar un comentario.