¿Por qué una Mascota?


¿Por qué una mascota?

En nuestra vida de humanos, la mascota desempeña diversos papeles. En el seno de la familia, es un amigo discreto y afectuoso, compañero de los niños en sus juegos, testigo silencioso de penas y alegrías, y guardián disuasivo que protege el hogar.

En otras ocasiones ocupa el lugar del niño. Se convierte en el centro de toda la atención, se le mima, se le acaricia y se le rodea de un amor desbordante. Allí donde el hombre vive solo (personas mayores, viudas o solitarios) el perro puede llegar a sustituir aquello que falta: un ser vivo al que hablar. La compañía de una mascota representa con frecuencia el último  salvavidas antes de hundirse en la soledad. En estos casos, la relación puede llegar a ser tan fuerte que se le humanice, es decir, que se le robe su vida de “mascota”.

Hay quienes sienten la necesidad de ejercer sobre el animal una dominación. En estos casos, la mascota se convierte en un medio como otro cualquiera afianzarse. Hay personas que se sienten oprimidas en la sociedad y reaccionan descargando su insatisfacción y su afán de dominación sobre un ser más débil: la mascota. Este, sumiso, deberá obedecer ciegamente sin replicar.

Es evidente que el perro, por su afecto, su presencia, su carácter dúctil y su disponibilidad, puede apoyarnos moralmente. Sin embargo, el número de mascotas abandonadas (perros y gatos), desequilibrados y enfermos es sorprendentemente alto.

Hay que considerar a la mascota como animales que actúan  guiados por sus instintos,  seres vivos dotado de un psiquismo. Únicamente pueden participar en nuestra vida de humanos si respetamos sus reacciones específicas de animales.

Redactado por Luis Landeo