Se llama alotrofagia al hábito de ingerir elementos extraños a la alimentación y el ejemplo más claro puede ser la ingestión de tierra que con frecuencia realizan los cachorros. No se tiene certeza de las causas que motivan esta desviación del gusto. En principio se pensó en un desequilibrio nutricional y también en la presencia de una gastritis, ya que al poner en contacto con la mucosa intestinal irritada la tierra fresca el cachorro sentiría alivio. Lo cierto es que se ha comprobado que son numerosos los cachorros. No se tiene certeza de las causas que motivan esta desviación del gusto. En principio se pensó en un desequilibrio nutricional y también en la presencia de una gastritis, ya que al poner en contacto con la mucosa intestinal irritada la tierra fresca el cachorro sentiría alivio. Lo cierto es que se ha comprobado que son numerosos los cachorros que a partir de su sexta semana de vida adquieren el hábito de jugar con piedras secas o tierra, que recogen en la boca y pueden tragarse accidentalmente. En muchas ocasiones esto llega a convertirse en una manía y el cachorro traga las piedras voluntariamente para vomitarlas horas mas tarde o evacuarlas entre las heces.
La solución al problema: Si reprendemos al cachorro la manía desaparecerá pronto, aunque suele prolongarse hasta el quinto mes de vida. Para los perros que viven en un piso la solución sencilla es no bajarlos a la calle sin llevar puesto un bozal. Con los cachorros debemos cuidarnos de no darles juguetes como pelotas o muñecos que por su poco volumen puedan tragare enteros. Las pelotas deben ser de tal tamaño que el perro no pueda mantenerlas con la boca cerrada.
El peligro de esta manía reside en la posibilidad de que se produzca una obstrucción intestinal si el volumen de la piedra tragad no la permite transitar por el intestino hasta el recto.
Redactado por Luis Landeo
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